'Ordesa', la verdad de las mentiras de Manuel Vilas.
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Nº de páginas: 392 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: ALFAGUARA
ISBN: 9788420431697
Precio: 17,95 euros
Año: 2018
Ordesa,
La novela confesional y la red de hongos.
Ordesa es un canto a la vida desde el desamparo
(todo se hundió cuando mi madre hizo lo mismo
que mi padre: morirse). Hundimiento y resurrección con su tequila y su quebranto:
la carta de amor de un hijo a los padres ausentes y de un padre invisible a sus
hijos. Celebrado dolor que desata la sonrisa. Y el llanto. No en vano, la cita
de ese himno humanista de Violeta Parra abre esta novela que otros tantos tendrán por biografía:
realidad y ficción al servicio del engrandecimiento de la vida.
157 capítulos
que oscilan entre 1 y 5 páginas narrados en primera persona con ritmo fragmentado
de diarios o apuntes como armónicos recuerdos deslavazados y esporádicas fotografías
del álbum familiar intercaladas para reconstruir a vuelapluma la genealogía
íntima, lírica, de una familia de clase media-baja en la España del 600 y el desarrollismo.
La voz del hijo nacido a principios de los 60 hace balance desde el medio
siglo y la orfandad recién heredada. Vilas al volante,
Padre-Hijo-y-Espíritu-Santo, con un ojo en el espejo retrovisor, amarillento, y
otro al frente, futurista. El tercer ojo siempre irónico y rotundo: el matrimonio es una empresa social de
auxilios mutuos.
Ordesa es después de todo una (intra)historia de España. 11 poemas cierran a modo de epílogo con un título significativo: La familia y la Historia. Es la red de hongos la que sostiene el bosque dice el papelito al final de la cucaña. Más de 10 ediciones lleva ya la criatura. Vilas descarnado, pura dinamita: La monarquía es una familia elegida para representar a todos esos millones de familias que no tienen un cuadro en El Prado.
Maldito Vilas, que dios te confunda: me has partido el alma.
J. J. Millás
Enlace a primer capítulo de la novela ‘Ordesa’:
EXTRACTOS
Ordesa
29
Puede que mis padres fuesen ángeles, o su
muerte ante mis ojos los convirtió en ángeles. Porque tras su muerte todo
cuanto les vi hacer mientras estuvieron vivos cobró un alcance taumatúrgico.
Ese alcance no se produjo hasta el fallecimiento de mi madre, que cerró el
círculo.
El cristianismo se asienta en una
conversación interminable entre un padre y un hijo. La única forma de verdad
resistente que hemos encontrado es esa: la relación entre un padre y un hijo;
porque el padre convoca a su descendencia, y eso es la vida que sigue.
El rito de las monarquías es el mismo: un padre y un hijo. El rito de las sociedades del siglo XXI es el mismo: padres e hijos. No hay nada más. Todo se desvanece menos ese misterio, que es el misterio de la voluntad de ser, de la voluntad de que haya otro distinto a mí: en ese misterio se basan la paternidad y la maternidad.
Son jóvenes los dos y se disponen a llamarme de entre la
oscuridad. No soy. Nunca he sido. Sin embargo, fui presentido por todas las cosas hace millones
de años. Todos hemos sido presentidos. Puedo viajar en el tiempo y ver cómo Juan
Sebastián acaricia y besa a Wagner y yo estoy allí, esperando a que se me convoque.
En su placer está mi origen, en su
melancolía tras el amor está la creación de la insaciabilidad de mi
espíritu [...]
Me acuerdo de Ordesa, Zenda Libros.
Los años del destape literario. Babelia.
Conversación entre Manuel Vilas y Fernando Aramburu.
Librería La Central, Barcelona.
Página 2. Manuel Vilas, Ordesa. |
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Biblioteca Pública RNE, Manuel Vilas, Ordesa. |
Todo hombre acaba un día u otro enfrentándose a la ingravidez de su paso por el mundo.
M. Vilas
Hay un pequeño gazapo en el libro o eso me ha parecido a mi, la casa se sitúa en Zaragoza toda la historia excepto en el capítulo 106 página 220 que pone Barcelona, puede ser ? Quizá haya algo que no he entendido yo sino
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