VIRGUERÍAS DE FRASE CORTA Y LENGUA BÍFIDA
Isabel González: vertiginosa y feroz, pero compasiva
Natural de la provincia de Zaragoza, Isabel González creció en una gasolinera de las afueras, una de esas estampadas en los páramos o a la salida de los pueblos por donde la vida parece siempre de paso hacia otra parte, accidentada e impersonal, con trazas de simulacro, como si le crecieran bambalinas al mundo y pudiera ahondarse en la chapuza general que es el teatrillo de nuestras vidas, las relaciones humanas. Errores de interpretación, la ignorancia, el vacío. Pero en la distancia se dignifica el caos.
Con tonos que van desde lo terrorífico a lo paródico pasando por el retrato íntimo y costumbrista, lo insólito y lo cotidiano colisionan, se aparean, y de la cópula surge una voz narrativa tierno-punk, vertiginosa y feroz pero compasiva, con la fluidez de la oralidad y cebada de retranca, que allí en Aragón lo llaman somarda: ese espíritu socarrón que hace decir las cosas como sin querer, con intención oculta. El humor y la propia narración se escoran a veces (más en su primer libro) hasta un aparente sinsentido, casi podríamos decir de conciencia en shock, como sucede en el extravagante (y revelador) relato que abre la última colección de la autora, Nos queda lo mejor (2022, Páginas de Espuma), donde un accidente de coche en mitad de ninguna parte reúne a Félix Rodríguez de la Fuente, Enrique Urquijo y Fofó en el flujo de conciencia de la mujer que conducía, y a quien socorre un payaso.
En sintonía con esas ‘hemorragias reflexivas’ que pueblan la voz narrativa de sus historias en un equilibrio casi perfecto entre primeras y terceras personas, uno de los relatos de su primera colección de cuentos, Casi tan salvaje (2012, Páginas de Espuma), comenzaba así precisamente: Existe un mundo exterior, un mundo interior y unas escaleras mecánicas que comunican ambos y que casi siempre están estropeadas. Isabel González se acerca al mecanismo divertida, se inclina sobre la avería trasteando con las frases, el ritmo y los sentidos, y reactiva el flujo más o menos coherente entre un mundo y otro para que no nos consuma el delirio, la conciencia del fracaso, la general incertidumbre. Sonríe aviesa, torcida, con ánimo de chapuza como la vida misma.
Entrevista por su último libro en el programa Efecto Doppler
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Virguerías de frase corta y lengua bífida
Nuestro hurón literario nos habla de los cuentos de Isabel González, prosa exacta de efectos perturbadores: humor, ternura y absurdo para lustrar las torpezas de la vida
Isabel González, que creció en una gasolinera del noreste peninsular, no tiene miedo a los experimentos. Además de los libros de cuentos que nos traen aquí, ha participado en obras de escritura colectiva como La aldea de F., o Pelos, y ha publicado dos libros ilustrados: El caballo del malo y El mismo. En 2017 salió su primera novela, Mil mamíferos ciegos.
Sus trabajos de infografía para medios y sus collages artesanales, como esas postales de azar encontrado entre escombros que a veces regala a sus lectores, apuntalan una poética narrativa donde la yuxtaposición es crucial desde la sintaxis hasta el sentido: frases cortas como bombas de racimo que pespuntan una oralidad y un ritmo muy bien templados, y esa ambigüedad discursiva que el humor hasta el absurdo afianza como una forma de poesía.
Aunque son libros dispares y median entre ellos diez años, tanto en Casi tan salvaje (2012), más exuberante y desequilibrado, como en Nos queda lo mejor (2022), más pulido y mesurado, ambos publicados por Páginas de Espuma, se dan una reunión de lo insólito y lo cotidiano como longitud de onda donde aflora el absurdo de la vida, su chapuza e incertidumbre general, y donde la ironía como punto de fuga y rompimiento de gloria contra la desgracia y el fracaso (a menudo ineludibles) nos reconcilia con nosotros mismos, compasivos a fuerza de patetismo y carcajadas. Parodia y terror de las relaciones humanas plagadas de errores de interpretación, miedos y torpezas. El equilibrio seductor de una voz narrativa tan visceral como tierna. La vida extraordinaria en común continúa.
Programa 'La aventura del saber', Isabel González
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