Persépolis, el despertar de la conciencia

 

Que el cómic no es solo cosa de superhéroes, ni papilla para crianzas, es un apunte que debería sobrar a estas alturas. Para las personas más escépticas o reacias a nuevas formas narrativas, tal vez pueda bastar asomarse a ese clásico moderno del noveno arte que sería la obra de Art Spiegelman sobre el holocausto, Maus. Y en alguna ocasión hemos traído por aquí las crónicas de Joe Sacco o de Guy Delisle, obras que también apuntalan la idea de que los tebeos no solo dan cobijo a la ficción, ni han de ser mera etapa de transición juvenil hacia lecturas ‘más graves’. 

 

En esas coordenadas, podríamos incorporar la novela gráfica publicada a comienzos del nuevo milenio que ya se ha convertido en un clásico, Persépolis, donde su autora, la historietista, pintora y directora franco-iraní, Marjane Satrapie, narra en clave biográfica el conflictivo cambio de régimen político que se produjo en Irán a finales de los 70, cuando la monarquía autoritaria y prooccidental del último Sha de Persia (Irán) es derrocada por aclamación popular y, en consecuencia, proclamada la República Islámica de Irán, un régimen teocrático radicalmente conservador que provocará el exilio de la propia autora. 

 

Puedes escucharlo en Radio Bierzo Cadena Ser pinchando aquí

 

El título hace referencia a la ciudad que fue capital del Imperio Persa hasta la conquista de Alejandro Magno, entre los siglos VI y IV antes de Cristo. La protagonista de Persépolis es la propia Marji, una niña que cuenta apenas con 10 años en el momento del cambio de régimen, y que desde su ingenua mirada (pero no infantilizada) abordará los conflictos que para ella y su familia traerá esa transición, ese paso desde una cultura laica y progresista hacia el integrismo religioso que copará el poder y las conductas sociales: las restricciones sobre las mujeres, la censura de lo occidental, la represión política y educativa que hará que sus padres la envíen con 14 años a continuar sus estudios en Austria, su desarrollo físico y emocional o su posterior regreso para estudiar Bellas Artes en la universidad de Teherán; todos ellos serán vectores para abordar aspectos como la religión, la guerra, el desarraigo, la construcción de la identidad o la importancia de la lectura para comprender la realidad y tomar conciencia.

        El libro se divide en 4 partes, ya que en un inicio se publicó en sendos tomos, pero ahora ya existen ediciones que lo compilan de forma integral; y cada una de esas partes se estructura en forma de 'capítulos' que llevan distintos títulos focalizando el asunto principal tratado en cada uno de ellos, como 'El velo', 'Las llaves', 'El viaje', 'La boda', 'Los F-14' o 'Persépolis', siendo este último el que da título a todo el volumen. Con dibujos en blanco y negro y un trazo sencillo pero sumamente elocuente, un eficaz equilibrio entre el humor y la crítica, y un lenguaje que acerca la narración a lo íntimo y coloquial, aun cuando se traata de pasajes de contexto histórico, Persépolis supone una lectura tan amena como deslumbrante para cualquier edad. 

    En 2007, la propia Marjane Satrapie junto a Vicent Paronnaud codirigieron la versión cinematográfica del cómic, también titulada Persépolis, una película de animación que obtuvo el Premio del jurado en la 60º edición del Festival de Cannes.

 

 

 

        Este tándem creativo volvería a juntarse en 2011 para dirigir la adaptación al cine de otra de las novelas gráficas de Satrapi, Pollo con ciruelas (2004), un cómic tan crudo como tierno que aborda la historia del músico Nasser Ali Khan, un hombre enamorado de su tar (una especie de laúd tradicional persa) que ha perdido las ganas de vivir. Sin embargo, en esta ocasión el trasvase cinematográfico no fue a la animación, sino con personajes de carne y hueso.

 

        Como se ve, Satrapi compone sus obras con un escueto cromatismo en blanco y negro y un trazo de corte naíf que sugieren levedad y cierto aire ingenuo, para después desbaratar ese aparente simplismo con el humor y la crítica que permean sus globos de diálogo y los cartuchos narrativos. Algo muy pertinente en las artes secuenciales como el cómic, donde se muestra a la vez que se narra, y que ya es marca de la autora, quien en ocasiones a ha sido comparada (tanto en lo físico, como en sus viñetas, especialmente en lo que concierne a Persépolis) con la mítica Mafalda. 

        No quiero abandonar este suciento acercamiento a la obra de Satrapi sin recomendar el que quizá sea uno de sus títulos más ácido y reivindicativo, Bordados, una crónica sobre la identidad y la sexualidad femenina a partir de la sobremesa de varias mujeres iraníes que, de anécdota en anécdota mientras los maridos duermen la siesta, despliegan una divertida y afilada crítica de las convenciones y coacciones sociales, sus miedos, remordimientos y esperanzas. 

 

 

 

        Marjane Satrapi también dirigió en 2020 la película Radioactive, un 'biopic' sobre la famosa física y química María Salomé Sklodovska, más conocida por el apellido de su marido, Marie Curie, quien fue pionera en el campo de la radioactividad, la primera mujer profesora en la Universidad de París y la primera persona en recibir dos Premios Nobel en especialidades distintas. La cinta es una adaptación de la novela gráfica de Lauren Redniss, Radioactivo: Marie & Pierre Curie. Una historia de amor y efectos colaterales. En España la película se tituló Madame Curie (no confundir con la cinta homónima dirigida en 1943 por Mervyn LeRoy).