LA VELOCIDAD DE LA SOMBRA, CRÓNICAS DE CIENCIA/FICCIÓN DE LABATUT

Cianuro, Cuántica y Las montañas de la locura

La Gran Ola de Kanagawa
   


Un tipo revuelve inocentemente un pote de pintura azul de Prusia con una cucharilla manchada de ácido sulfúrico y ¡date!, sintetiza el cianuro, como si un suave olor a almendras amargas brotara de los cuadros con una belleza arrebatadora, asesina. Y entre drogas, venenos y colores que ligan experiencias y personajes disímiles, de Rasputín a Alan Turing o el verde en las paredes que sufrió Napoleón en Santa Elena, llegamos al hombre que extrajo pan del aire, Fritz Haber, y que comparece aquí en calidad de Jano Bifronte de la Ciencia, lúgubre bisagra de los claroscuros del conocimiento y el progreso, pues si su síntesis del nitrógeno supuso una mejora en la fertilización de los cultivos ayudando a reducir la hambruna y disparando la demografía a principios del siglo XX -lo que le valió el Nobel-, fueron también sus ingenios químicos pesticidas los que acabaron derivando en el gas de las trincheras y el leve azul oscuro casi negro de los ladrillos de Auschwitz. Morirá Haber, sin embargo, con la pesadilla culpable de un verdor terrible cabalgando el mundo y arrasándolo todo, voraz vegetación desencadenada por la liberación humana de nitrógeno a escala industrial.



Con una suerte de biografía sobre la molécula de cianuro de hidrógeno como un jardín de senderos que se bifurcan desde el arte hasta la ciencia hacia la guerra, delirio organizado literariamente aunque fiel en lo esencial a lo sucedido, se abre ‘Un verdor terrible’, la colección de relatos sobre científicos o crónicas fabuladas que dio fama al escritor chileno-holandés Benjamín Labatut. Apenas 200 páginas estructuradas en cuatro historias que narran hitos y personajes claves de la ciencia de principios del siglo XX, singularidades físicas y mentales que han dado y dan forma al mundo tal y como hoy lo consumimos, apuntando en su romántico trenzado narrativo a los monstruos de la razón, las paradojas, el lábil estrato que separa la genialidad y la locura, la intuición y el conocimiento o la necesidad de orden y unidad de sentido frente a la aparente fragmentación de la experiencia: Karl Schwarzschild, que intuyó los agujeros negros y resolvió matemáticamente la Relatividad General de Einstein desde las trincheras de la I Guerra Mundial, trágica clarividencia y huida mental en mitad de la barbarie; Alexander Grothendieck, apátrida revolucionario de la geometría que, después de entrever el corazón del corazón de las matemáticas, la realidad misma, se retiró a vivir franciscanamente a los Pirineos, desconectado del mundo. O la pugna ya antológica entre Heisenberg y Schrödinger, los dados de Einstein y el nacimiento de la Mecánica Cuántica, la moderna teoría física que engendrará la bomba atómica y el marcapasos, la explosión electrónica de la tecnología. Ese vértigo filosófico que supone la irrupción irrefutable del azar, la probabilidad y la indeterminación en el comportamiento subatómico de la materia, la imposibilidad racional de ordenar el caos y trascender un sentido. La intemperie ontológica. La furia y el ruido de la inteligencia. Los peligros de la imaginación.

 

 Un verdor terrible de Benjamín Labatut – escuelita narrativa

    

        Un relato final en primera persona tiende hilos desde esos lodos al presente a modo de antecedente inspiracional/personal del propio libro, o algo así. En definitiva, un fresco de tarados o santos laicos con una inteligencia revolucionaria rayana en lo místico que ha alterado hasta límites prácticamente incomprensibles, alucinatorios, la interpretación científica de la realidad. Un conocimiento humano que alberga en su itinerario abismos de inhumanidad, intuiciones cegadoras y un terror cósmico entrevisto que vuelve ascetas o suicidas a algunos científicos. Luz más luz no siempre da más luz, a veces luz más luz da oscuridad. Es ley que en cada ángulo muerto nace un punto ciego visionario. 


Desnudo azul 1902 Pablo Picasso - Arte que perturba | Facebook 

 

También puedes escuchar la invitación en Radio Bierzo-Cadena Ser


ALGUNOS TEXTOS








CHARLAS/ PRESENTACIONES



UN VERDOR TERRIBLE de Benjamín Labatut con Ignacio Echevarría



UN VERDOR TERRIBLE Benjamín Labatut Instituto Cervantes Berlín



Monstruos y milagros de la ciencia: Benjamín Labatut habla de Un verdor terrible



Presentación de 'UN VERDOR TERRIBLE' en La Central




         Tras el eco de Un verdor terrible, aparecería un ensayito en dos partes titulado La piedra de la locura, donde se salpimienta ese rumor de fondo entre genialidad y desvarío con hilos a Philip K. Dick, El Bosco, Lovecraft o la lógica radical de David Hilbert. Y se reconoce el autor tributario del afán documentalista de Adam Curtis, un aspecto muy presente en sus libros. Ahondando en esta línea, más recorrido y calado posee la narración MANIAC, nombre del dinosaurio de los ordenadores (anagrama del sistema de análisis computarizado que ideó el matemático húngaro John von Neumann) y título de esta novela coral y tripartita cuyo personaje principal es este mismo científico inconmensurable que revolucionó varios campos del conocimiento: es curioso cómo se presenta en negativo, por contraste, al personaje que lleva el peso de la historia, definiéndose siempre o aludido a partir de las voces de amigos, familiares o miembros del gremio que dan título a cada capítulo. Flanquean el meollo de esta narración sobre Von Neumann dos historias complementarias, la primera de ellas [que bien podría ser un apéndice o relato añadido a Un verdor terrible] cuenta la trágica historia de Paul Ehrenfest, físico austriaco amigo de Einstein que acaba suicidándose después de matar a su hijo discapacitado tras el auge del nazismo. Y cierra el tríptico la crónica de una partida de Go (milenario juego de mesa oriental más 'inspiracional y menos sistemático' que el ajedrez) que en 2016 reunió en un enfrentamiento trascendental -de épica aparentemente freak pero que anida ya en nuestros bolsillos- a la más refinada prole tecnológica de MANIAC, encarnada aquí en el programa AlphaGo, y al humano, representado por un peso pesado mundial, el surcoreano Lee Sedol, finalmente vapuleado por la singularidad lúdica de esta IA, 'una entidad que no puede ser derrotada'. Existe un documental. Larga vida al gato de Schrödinger. 





Presentación 'MANIAC' en la librería La Central, en Barcelona

Documental AlphaGo, 2027, Greg Kohs 


    Y para aquellos a quienes les pique aún más la curiosidad o quieran indagar en la divulgación científica, pueden pasarse por los canales de Javier Santaolalla (Date un Vlog) y José Luis Crespo (QuantumFracture), donde entre mucho y bueno, riguroso y desenfadado, hay material que profundiza en conceptos de Relatividad General y Mecánica Cuántica, o sintetiza y contextualiza técnicamente biografías de algunos de los personajes del libro de Benjamin Labatut. Bo proveito. 














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